Aprovechando la época de la vendimia en Catalunya y en nuestras tierras, queremos hablaros de las 6 bodegas que tenemos en Les Garrigues.
Empezaremos la ruta vinícola por la comarca por el Celler Mas Blanch i Jové situado en la Pobla de Cèrvoles. Una bodega integrada dentro de la montaña que se quiere fundir con el paisaje para formar parte viva de ella.
La bodega también es conocida como La Vinya dels Artistes, ideada por el artista Guinovart, donde se integra plenamente el vino en el universo artístico: una sala de exposiciones al aire libre, en medio de la viña, donde esculturas magistrales son testimonio del crecimiento de las cepas. Desde el 2009 cada año se inaugura una nueva obra de arte en esta sala de exposiciones única.
Continuaremos el recorrido por Cèrvoles Celler también en la Pobla de Cèrvoles, un reto que empezó Tomàs Cusiné hace ya 20 años con el propçosito de homenajear un territorio vinícola ancestral, recuperando una práctica que en aquellos días no propiciaba mayor interés en el mundo de vino: la viticultura de montaña. En 1997, nacía Cérvoles Celler, una bodega concebida para producir vinos de finca de gran calidad, que fuesen una clara expressión del territorio en el que se cultivan y con la mirada orientada hacia lo más alto: el primer proyecto de viticultura de montaña que se va concibió en Catalunya.
Pasaremos al Celler Clos Pons de L’Albagès, la construcción de la bodega culmina el proyecto vitivinícola iniciado en 2005 por la familia Pons.
El diseño del espacio se alimenta de la filosofia de tradición y respeto por la tierra, reflejo de la trayectoría de la empresa.
Partiendo de los conceptos de orden, simetría, territorio y de las construcciones de piedra y maderacaracterísticas de la zona de Les Garrigues, el proyecto gira alrededor de su adaptación al medio y la interacción con él.
Seguiremos por la Vinya els Vilars de Arbeca, se trata de una pequeña explotación vitivinícola fundada por Antoni Aldomà i Sans. La bodega debe su nombre a la fortaleza ibérica de Els Vilars; unas imponentes restas arqueológicas, del año 750 AC, que se encuentran a las afueras del núcleo urbano y que son consideradas como el vestigio ibérico más importante y mejor conservado en Catalunya.
El recorrido continuará por la bodega de El Vilosell, Tomàs Cusiné, que ha trabajado desde el principio con una visión muy abierta al mundo, consiguiendo introducir sus vinos en más de treinta países. Las puntuaciones y valoraciones emitidas por los críticos son de una gran consistencia a través de los años, con vinos de alto reconocimiento por su diferenciación, personalidad, sutileza y amabilidad, mostrando un carárcter propio que refleje el paisaje y las tierras donde las viñas son cultivadas.
Finalizaremos la ruta en Fulleda, donde podréis encontrar el Celler Matallonga, donde conservan viñas de más de 60 años que dan un carácter propio a sus vinos. Se encargan de todo el proceso, mimando las viñas y la uva, tienen especial cuidado en el proceso de vendimia y la elaboración. Es un proyecto familiar que nace fruto de una larga tracición de payeses y viticultores y de gran respeto por la tierra y el entorno.